En cuanto al impacto en la salud física, trotar periódicamente aumenta la capacidad aeróbica, mejora la resistencia física, disminuye el riesgo cardiovascular y mejora la salud ósea. Incluso, estudios sugieren que quienes corren de manera habitual, viven alrededor de 3 años más que quieren no realizan este deporte. Y lo relevante es que no es necesario entrenar de manera intensa, sino que bastarían 5 o 10 minutos de trote al día. En este sentido, una alternativa es iniciar o finalizar tu rutina de 30 minutos de actividad física (siguiendo las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud, OMS) con un trote de 10 minutos.

Recuerda que lo importante es ponerte en movimiento y evitar el sedentarismo, no es necesario correr una maratón (para lo cual el entrenamiento es exigente y requiere preparación y resistencia física), sino comenzar a hacer ejercicio y que se convierta en un hábito.

Consulta con tu médico por una rutina de ejercicios acorde a tus necesidades y posibilidades, para que sea lo más beneficiosa para ti y tu salud en general. Acompaña esto con una dieta balanceada que incluya alimentos que aporten calcio, para mantener tus huesos fuertes. Conversa con tu médico sobre alternativas en este sentido, como suplementos de calcio y vitamina, como Elcal.

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Caminatas a paso constante, la natación, ejercicios en los que se deba ejercer fuerza, y trotar o correr, son indicados para fortalecer los huesos.

Trotar, por ejemplo, ha demostrado ser efectivo en la prevención de fracturas osteoporóticas. Sin embargo, si ya has sufrido fracturas de este tipo con anterioridad, lo mejor es consultar al médico sobre las alternativas que tienes en cuanto a actividad física. Quizás en tu caso es más recomendable realizar actividades de bajo impacto, como la natación, yoga o pilates.

Beneficios de correr

Correr es un ejercicio muy completo. Mejora la resistencia física y la circulación sanguínea, disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de osteoporosis.

En el caso de la osteoporosis, correr ayuda a fortalecer el esqueleto ya que este ejercicio (debido al impacto) deforma ligeramente el tejido óseo que luego vuelve a su forma normal. De manera natural, los huesos reconocen que deben ser más fuertes para resistir el mismo impacto una próxima vez, con lo cual aumenta la producción de células óseas. El resultado es huesos más fuertes y densos.

En este sentido, lo esencial es no forzar demasiado nuestro cuerpo. Unos 10 minutos de trote suave al día pueden hacer una diferencia. Cuando ya estés más preparado, entonces puedes aumentar el tiempo de actividad física, hasta llegar al idea de unos 30 minutos 5 veces a la semana.

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